domingo, 3 de marzo de 2013

IMPRESIONISMO



En los últimos años del siglo XIX nos encontramos con un panorama de agotamiento de los recursos clásicos de la tonalidad y de la forma. El público francés se encontraba hastiado del wagnerianismo, las tendencias más o menos ligadas con la tradición habían llegado a un callejón sin salida3, etc. En esta situación Debussy y Schömberg se plantean el mismo problema de una necesaria renovación, encontrando cada uno de ellos una diferente solución: Debussy responderá con el impresionismo musical y Schönberg, un poco más tarde, con el expresionismo.
3 Ortega y Gasset: “la música después de Wagner necesitaba ser liberada de sentimientos personales y ser depurada hasta conseguir una ejemplar objetividad”.
El impresionismo musical nace por influencia de los poetas simbolistas que buscan la sonoridad de la palabra independientemente de su significado (Debussy perteneció a su cenáculo). A este respecto es pertinente señalar el hecho de la exposición universal de París de 1889, a partir de la que muchos músicos franceses parecen ver una salida en el exotismo colorista oriental. Entre los músicos precursores podemos citar a Dukas, Chabrier y sobre todo Fauré (sus vaguedades y fluctuaciones tonales hacen tambalear la armonía). Debussy es el cerebro organizador del sistema. Propiamente dicho el impresionismo musical comienza un poco más tarde que en pintura al regresar Debussy de Roma en 1882.


-Rasgos distintivos del impresionismo musical.
A semejanza de la pintura, la música impresionista busca la vaguedad y la imprecisión, sugerir, evocar y no describir ni imitar la naturaleza, sino captarla en impresiones sensoriales que la música tratará de transmitir. Las obras impresionistas han de ser vistas como a través de un sueño, una lluvia o una bruma. Para conseguir tal sensación los músicos impresionistas acuden a una serie de recursos como:
El ritmo ha de ser impreciso, irregular y variado. La música no debe ser encerrada en la tiranía de la regularidad rítmica clásica. Los mismos títulos de las piezas lo revelan: “la plus que lente”, “molto rubato con morbidezza”. Etc.
Empleo de otro tipo de escalas distintas de las occidentales de siete sonidos tales como: escalas orientales, exóticas, modos antiguos griegos o eclesiástico medievales, de cinco, seis y siete sonidos sin semitonos atractivos.
Construcción de la melodía al estilo de un recitado declamado sencillo y vaporoso dando la sensación de un continuo cambio y fluidez, como si la obra no estuviese acabada. Ausencia de grandes clímax y extensas líneas y esa continua y lenta suavidad idílica sin aristas.
Destruye el sistema de la armonía clásica con toda su normativa. Se suceden una serie de paletadas de sonidos que llamaríamos acordes, sin que uno domine o atraiga al otro, tal y como sí sucedía en la armonía clásica. Lo que interesa es el colorido y sonoridad aislada de cada acorde en sí, sin importar que se sucedan según las reglas clásicas. El oído será en encargado de mezclar esas sonoridades, a semejanza de la retina que mezcla los colores.
La forma: construye las obras no a través de desarrollos germánicos sino por yuxtaposición de episodios, como las teselas de un mosaico.
Los instrumentos de la orquesta se utilizarán de forma que destaquen por su propia sonoridad.


1 comentario:

  1. ¿ En qué fuentes te has basado ? Me gustaría que lo indicaras, gracias.

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