miércoles, 27 de febrero de 2013

Neoclasicismo en:



Neoclasicismo en Francia.

Eric Satie (1866-1825). Los excesos cometidos, en cuanto al uso de la parodia, por este extraño personaje, contribuyeron a propagar la imagen de un Satie extravagante, que influyó negativamente en la valoración de sus obras por parte de sus contemporáneos. En su obra pueden distinguirse varias etapas. Al principio es un wagneriano. Después se sacude esta influencia y se adelanta al propio Debussy en muchos de los atrevimientos armónicos del impresionismo. Obras de esta etapa son: “gimnopedias” y “tres piezas en forma de pera”. A partir de 1905, después de seguir cursos de contrapunto en la Schola Cantotum, se vuelve enérgico anti impresionista, movimiento que parodia con piezas tales como: “arias que hacen huir”, “piezas blandas para un perro”. A partir de 1914, en su última etapa, encontramos al Satie más austero, descarnado y simple: “nocturnos”, “Sócrates”.
Influyó mucho en Ravel. Hacia el año 1920 un grupo de jóvenes músicos desconocidos fundan el llamado grupo de los seis, proclamándolo jefe de la escuela.
grupo de los seis: formado por Milhaud, Poulenc, Honnegger, Auric, Tailleferre y Durey, sólo los primeros adquirieron cierto renombre. Renegando del wagnerianismo, del impresionismo y de las propuestas rusas de Stravinsky, proponen una música simple y lúcida, basada en la que se oye en el circo, el music-hall y las salas de jazz. En definitiva una nueva música popular, música de la calle.
Milhaud. Buen conocedor de las músicas del Brasil y del jazz, acogió giros de ambas tradiciones musicales extra europeas y las combinó con ingeniosos intentos de politonalidad. Algunas de sus obras: “el buey sobre el tejado”, “suite provenzal”, “saudades do Brasil”, ballet “la creación del mundo”, etc.
Poulenc. Es el más neoclásico del grupo, con un lenguaje sencillo y directo. En sus obras: “misa” y “stábat mater” manifiesta su profunda fe religiosa. En su ballet “las corzas” y su opereta “los pechos de Tiresías” manifiesta su atracción por el café concierto o el music-hall. Otras obras son: su ópera “diálogos de carmelitas” y sus canciones “el bestiario”.
Honnegger: pronto se aleja de la estética del grupo de los seis derivando hacia un neo romanticismo. Algunas de sus obras: los oratorios “El rey David”, “Juana de Arco en la hoguera”, “Pacific 231”, influenciada por el bruitismo, etc.


Neoclasicismo en Francia.

Sus componente protestaban de todo un poco, tanto de lo académico, como de las vanguardias y del alegre clima de los seis. Su principal representante, Olivier Messiaen, es autor de una obra modal (uso de escalas antiguas y actuales exóticas) en que resalta una constante búsqueda de nuevos recursos rítmicos (métrica irregular, poliritmias, contrapuntos rítmicos, inclusión en sus obras de ritmos derivados del canto de los pájaros, considerándolos un folklore natural, etc.). Algunas obras: sinfonía “Turangalila” (utiliza nuevo instrumento llamado ondas Martenot), cuarteto “para el fin de los tiempos”, etc. Fue, en su cátedra de análisis del conservatorio de parís, maestro de muchos compositores y uno de los primeros en intuir los nuevos caminos de la organización serial.

Neoclasicismo en Alemania.

Es la GEBRAUSCHSMUSIK (nueva manera de hacer música que trata de recuperar las relaciones entre compositor, intérprete y público, tal y como se creía que habían sido antes del siglo XIX) la que va a caracterizar el neoclasicismo Alemán. Están basados en una corriente intelectual cuya principal figura es Berthold Brecht: el arte debe ser para el pueblo y debe inspirarse en el lenguaje y la temática cotidiana de las masas con las que este arte debe convivir. El resultado es una música de una absoluta sencillez en sus conceptos y que puede ser interpretada por grupos de estudiantes no profesionales. Sus principales representantes son: Hindemith y Kurt Weill (Su “ópera de los tres peniques” es una inteligente recreación de las óperas del mendigo del siglo XVIII).
También en Alemania la figura de Carl Orff (1895-1982) sintetiza en un estilo muy personal y eficaz los hallazgos percusivos de Stravinsky y Bartók en obras tan populares como “Carmina Burana” (basada en cantos medievales) y en un método de iniciación musical infantil.

Neoclasicismo en Rusia.

Alexander Scriabin (1872-1915): compositor puente entre los dos siglos. Alejado de toda ya filiación folklorista del siglo XIX, anuncia con su avanzada y peculiar técnica dos corrientes propias del siglo XX: el impresionismo y en cierta medida también el expresionismo. Su obra se caracteriza por la búsqueda intensa de nuevos principios sonoros: sistema de acordes por cuartas superpuestas (acorde místico), melodías de grandes intervalos y complejos ritmos, asociación de sonidos e imágenes (proyección de imágenes en una pantalla sincrónicamente con las secuencias musicales en “Prometeo” o el poema del fuego” tratando de alcanzar la ambición wagneriana de fusión de todas las artes) etc.
Después de A. Scriabin podemos distinguir claramente dos grupos de compositores rusos:
Aquellos que permanecen en Rusia (Prokofiev, Shostakovich, Khatchaturian) aislados de la vida cultural occidental: sus procesos creativos se van a ver condicionados por las consignas que les llegan desde el comité central del partido comunista Ruso: el arte (la música) debe ser reflejo de la realidad; los compositores se convierten en músicos proletarios que, para ser accesibles al gran público, se ven obligados a expresarse con los medios propios del neoclasicismo.

Neoclasicismo en EEUU.

Cuatro son los compositores neoclásicos o al menos, con alguna época neoclásica a lo largo de su vida creativa:
C. Ives: en el terreno de la composición es un autodidacta. Su obra puede considerarse como típicamente americana con influencias heterogéneas de manera que con un estilo muy personal integra en su obra lo mejor de las técnicas que trabajaron otros compositores: politonalidad, atonalidad, serialismo, microinterválica, etc.


Entre sus obras más importantes: 6 sinfonías (Holliday symphony y Univers synphony), Central Park in the Dark, Halloween pond, sonata para piano, etc.
E. Varesse: es un adelantado a su tiempo, y esto por dos razones: a) es el primero en desembarcar en el ámbito de la composición para percusión sola: "ionosation" para 37 instrumentos de percusión se convierte en la referencia para toda una generación de compositores deseosos de emplear un lenguaje percusivo. b) Su interés en sacar al instrumento de su mundo clásico, en extraer de los instrumentos clásicos los timbres más novedosos e impropios de sus características técnicas le hace avanzar, a partir de 1950, por el camino de la composición electroacústica. Obras en las que emplea estos recursos son: Deserts (obra maestra de la música concreta), poeme electronique et nocturnal, etc., pertenecientes a su principal periodo creativo: 1920-1934.
Repasar punto 11.3.4

Neoclasicismo en Hungría.

Bela Bartók también se convirtió en un maestro de neoclasicismo en los años de entreguerras. Obras maestras absolutas compuestas en ésta época, en un estilo áspero y austero, cercano al expresionismo de los vieneses son: cuartetos de cuerda, sonata para dos pianos y percusión, música para cuerda, percusión y celesta, etc.

Neoclasicismo en Inglaterra.

Benjamin Britten (1913-1976) es el más importante compositor inglés del siglo XX. Su estilo sintetiza todos los procedimientos neotonales en una música muy personal. “Variaciones sobre un tema de Frank Bridge” y “sinfonía de réquiem” muestran su maestría neoclásica. En sus óperas “Peter Grimes” y “la vuelta de Tuerca” se relaciona con cierto expresionismo e incluso con el dodecafonismo.
Otros importantes compositores ingleses que apenas podemos nombrar son: Gustav Holst (en su éxito “los planetas” se muestra adicto a conceptos tradicionales), Ralph Waughan Williams, autor de un importante ciclo sinfónico en el que conecta la tradición inglesa con el moderno lenguaje de los franceses, y William Walton, ligado a corrientes de posguerra que incluyen el jazz y la música de entretenimiento.

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